martes, 31 de octubre de 2017

Segunda Convención Nacional de OA.



Este fin de semana pude asistir, y me siento un privilegiado por ello, a mi segunda Convención Nacional de OA España, concretamente la edición número XVI, que se celebro en esta ocasión junto al mar, siempre relajante y bello, en Fuengirola, Málaga.

Aunque me resultó  diferente si la comparo con la primera, ya que conozco muy bien la zona, a muchos compañeros, tanto de toda España como del grupo de Málaga que lo organizó, y también sabia ya como funcionaba una convención de OA esto no fue un handicap de ningún modo para vivirla a tope.

Eso si, reconozco que en esta convención hubo mucho ruido en mi cabeza, por cierta circunstancia que estaba ajena a mi control, y esto no me dejo concentrarme como hubiera deseado ¡ Pero  las cosas son como son y pasan cuando pasan! Y yo pues, estoy aprendiendo. (Despacito ;)

Sentí de nuevo ese cariño, ese amor grupal, que solo OA puede ofrecerme, y que es tan sanador y terapéutico. Y es que no sé que me gusta más, si las reuniones donde me emociono al identificarme con algún compartir que me pone en corazón en un puño, si en los descansos cuando hablas en intimidad con algún compañero, o en grupo ,en los pasillo o en la cafetería o la fiesta del sábado noche cuando los compartires, ya no son palabras dichas desde el corazón sino risas, bailes, sonrisas y disfraces ¡Y muchas, muchas ganas de vivir!

Y ese teatrillo que nos regalaron ¡Que risas a carcajadas! ¡ Me quedo con la compañera que hizo el papel de la  que no decía ni mu y con los chistes de la otra compañera! ¡ Que arte!

Para mi asistir, además de un privilegio, pues sé que a muchos compañeros de toda España les hubiera encantado estar y por unos motivos u otros no pudieron estar, es un simbolo de mi compromiso con OA, o sea con mi recuperación.

Es una gran forma de responsabilizarme de mi mismo, aportando al mismo tiempo a los demás. Es estar dispuesto a enfrentarte a  una traca de emociones, tambalearte interiormente, exponerte y  no desfallecer en el intento.

Pude ser testigo, otra vez, de la fortaleza que es el saberse débil en algo y aún así exponerlo públicamente. O sea lo opuesto a lo que se hace diariamente detrás de mascaras sociales del aparentar.

Pude descubrir nuevamente, toda esa fuerza, toda esa implicación, toda esa dedicación y trabajo en el día a día, minuto a minuto, que hay detrás de la mirada, de las tímidas y comedidas palabras de alguien.

Si, lo volví a pensar: ¡ Que enfermos tan increíblemente sanos!
Si, lo voy a ver: ¡ Que arma tan poderosa es la Honestidad!

Lo volví a sentir plenamente: ¡OA es mi hogar sin casa y mi familia del alma!

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