sábado, 13 de agosto de 2016

¡Esta enfermedad es brutal!


Ayer comencé el día dirigiéndome hacia mi cuarto día de abstinencia y al comienzo de la tarde las tentaciones fueron en crescendo, salí del trabajo a las 20.00 h. y sabiendo que iba a estar solo en casa, las tentaciones se multiplicaron, el nivel de ansiedad de disparo y empezaron a rondarme esas ideas que solo un comedor compulsivo conoce.

Conseguí hacer a duras penas, lo que tenía pensado, que era ir al gimnasio. Junto a este tengo la mala fortuna de tener un supermercado. También conseguí no entrar e ir para casa cuando termine de hacer deporte. Pensaba que el deporte me ayudaría, pero cuando la mente se pone a elucubrar tan fuertemente, es difícil, aunque quiero pensar que tal vez hubiera sido peor sin haberme cansado físicamente corriendo en la cinta.

Llegar a casa con las manos vacías ya fue todo un éxito. Pero aun así, el atracón podía gestarse en cualquier momento con alimentos menos compulsivos y menos apetecibles para mí.
Entre en el baño, ansioso e inquieto. Tenía hambre real pues me había comido una manzada a las 18.00 y eran ya las 21.15. Pero también tenía ansiedad. Estaba solo e iba estarlo pues mi compañero se marchó de vacaciones.

¡Yo quiero mi cuarto día abstinente! ¿Por qué me pasa esto ahora? Parece ser que la idea de soledad otra vez encendía la chispa destina a detonar mi compulsión.

En el baño, respiré hondo dentro de mis posibilidades. Me observe por un instante con todos los pensamientos puestos en el futuro próximo de cuando saliera del baño y fuera para cocina. Entonces me di cuenta, que no estaba viviendo el momento presente sino tratando de huir otra vez hacia el futuro, por medio de pensamiento que planean la compulsión.

¡Ey, estas aquí, en el cuarto de baño AHORA! Vuelve al PRESENTE, vuelve al AHORA, respira aquí y Ahora. No huyas mentalmente. Físicamente estas AHORA sentando en el baño pero mentalmente estas imaginándote dentro de unos minutos en la cocina ansioso abriendo armarios, buscando escusas y pretextos para un atracón. No estas mentalmente aquí.

Conseguí por volver mentalmente, parar por unos preciosos instantes toda la rueda de pensamientos y me obligué a estar AQUÍ Y AHORA, de cuerpo y mente. Hice varias respiraciones profundas y me di un baño caliente disfrutando de él.

Cuando Salí, Salí mucho más calmado y enfocado, con muchísimo menos ruido mental y tome las decisiones acertadas para la cena.

Fue algo mágico y nuevo. Luego llamé a una compañera y charlamos un rato sobre lo sucedió.
Y así acabé el duro día abstinente de ayer.

Me di cuenta de cómo desde las 17:00 h. simples ideas y pensamientos sueltos, se habían ido agrupando poco a poco, hasta casi lograr mellar mi deseo de seguir abstinente y logrando quitarme la paz por unas horas.


¡ESTA ENFERMEDAD ES BRUTAL PENSE AYER MAS QUE NUNCA!

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