viernes, 12 de agosto de 2016

Rendirse o seguir luchando contra los atracones de comida

Rendición: La acción de someterse al dominio o voluntad de alguien o algo, dejando de oponer resistencia.
Honestidad: es el valor de decir (se) la verdad, ser razonable y justo.

A nadie le gusta rendirse ante nada, ni nadie. Nos gusta luchar, ganar y demostrarles a todos que somos los más fuertes, más listos, más guapos. Los más de lo más. 

Si hay tragedia, sangre y altos obstáculos, mejor. Mayor será luego el regocijo y orgullo al alcanzar el logro. ¡Todos se deslumbrarán y nos alabaran!

Pedir ayuda, no gracias. Demostrar debilidad; de ningún modo.

¿Acaso no es infantil, este modo de vida?  ¿Qué estamos realmente intentando demostrar o demostrarnos? ¿Qué somos más fuertes, más listos, más aptos o más validos que nadie? ¿Es que acaso no es ya suficiente con ser como somos en este momento presente? ¿Qué necesidad, que déficit estamos tratando de cubrir con tanta lucha?

Cada vez que no he sido capaz de seguir una dieta o mantenerme en un mismo peso, cada vez que no he sido capaz de NO comerme ese dulce que me llevo al atracón ¡Mi autoestima bajó hasta el dedo gordo del pie! Tener una autoestima baja te roba confianza para el resto de campos en tu vida ¿Tanta lucha para qué? 
¡Cuánto sufrimiento me habría evitado si en lugar de ir por el mundo demostrado lo capaz y valido que soy, hubiera sencillamente, hecho lo que me hubiera dado la gana!

Cuando crees que eres lo más, que tú puedes con todo, el guerrero invencible ¡No te permites caer! Eso desmoronaría el cuento que te has contado a ti mismo sobre ti. Entonces lo intentas tapar, te escusas o simplemente lo niegas. No permitirse caer, es como no permitirse dormir ¡Tardaras más, o tardaras menos, al final siempre vendrá Morfeo!

Permitirse caer y aprender; de romper la tan deseada abstinencia, de sentirse vulnerable ante la comida que me compulsa, de sentir que uno no lleva yo las riendas y que los caballos van ellos solitos, reconocer honestamente que realmente SI quería comerme esos bollos, que SI me hago daño a mi mismo concientemente,

Piensas: Si no siento culpa, si no intento controlar el acto de no pegarme un atracón, si suelto todo esto ¡Entonces mi vida será como antes de OA, ingobernable! ¡Me convertiré en un obeso de 250 kilos y no podré ni levantarme de la cama! Ahora yo pregunto ¿Acaso no he sentido culpa desde siempre? ¿Acaso no intente dejar los atracones poniéndome a dieta una y otra vez y aun así mi vida se volvió un caos?

Tal vez sea la lucha por controlar el peso y los atracones y fracasar, lo que me llevo a grandes decepciones, desgastarme energéticamente, auto-engañarme, desvalorarme como persona y auto-lesionarme mediante grandes y numerosos atracones. Tal vez el trabajo interior de honestidad y de comprensión sea la solución. Y ahí es donde entran los doce pasos y OA.

Rendirse es entonces para mí soltar toda resistencia a dejar de controlar, y someterme a lo desconocido e inmenso del camino interior de comprensión de la adicción mediante la honestidad. Permitiéndome caer, y permitirme también ser libre de la adicción a la comida.

Permitiendome, en definitiva: ser un ser humano.




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