sábado, 17 de septiembre de 2016

La ruleta rusa de la comida compulsiva.

Cuando me comprometí con mi abstinencia “en serio” después de venir de la convención nacional de comedores compulsivos de Zaragoza, decidí no comer nada de compulsivos. Nada es Nada. Al menos por el momento.

No solo eso, también decidí apartarme de todo aquello que pudiera poner en riesgo, aunque fuera poco, la abstinencia del comer compulsivamente.

Entonces tomé la decisión de no pisar un supermercado hasta que me sienta “muy seguro” de mí mismo ¡Y Realice la compra por internet!

Yo era de ir cada semana 2 o 3 veces al supermercado, con la excusa de comprar la comida de la semana, pero muchas, el pretexto eran unas simples maquinillas de afeitar desechables. Pero como se cómo entro al supermercado pero no sé con qué alimentos voy a salir, tuve que usar la inteligencia que la naturaleza me dio para evitar ese tipo de comportamientos compulsivos que me llevan a los atracones y con ello a destrozarme la vida “literalmente”.

Hoy se, y doy gracias a OA y a su convención nacional de Zaragoza, por habérmelo terminado de enseñar; la comida compulsiva es para el comedor compulsivo UNA DROGRA. Los alimentos nos estimulan tanto a nivel neurológico como la heroína o el alcohol, exactamente igual.

Yo he bebido muchísimo alcohol en mi vida y para mí el alcohol no es una droga, porque no me llama la atención, de hecho me acabo de dar cuenta que hay botellas de alcohol en un armario que tengo en frente. Como a mí, a  muchas personas del mundo, habiendo bebido muchísimo en algunas etapas de su vida, no son, ni han sido alcohólicas.

Con los alimentos compulsivos pasa lo mismo, he visto personas no comedoras compulsivas, comer muchísimo e incluso engordar, pero en un momento u otro, se les quita el interés por la comida, y vuelven a su peso o no, sin inmutarse. Yo no, los alimentos compulsivos me obsesionan y siempre fue así, cuando hago dieta me obsesiona el comer algún alimento que me compulse y dejar la dieta o el seguir bajando de peso y cuando la termino, con el tiempo vuelvo a obsesionarme comiendo compulsivamente hasta recuperar lo perdido.

¿Es la comida entonces una droga? NO y Sí.  Para mí, lo es. Pero sé que para la mayoría no. Con el alcohol igual, para mí no es una droga y para la mayoría tampoco, pero sé que existe una minoría que se obsesionan con el alcohol.

Por tanto, si para mi ciertos alimentos son un droga, que por lo tanto, se cuándo la tomo pero pierdo el control y no sé cuándo dejare de tomarla, Si como un solo bocado de un alimento así, me estoy poniendo en riesgo, por un bocado de placer ¿Tiene sentido esto? ¿Merece la pena?
Y es cierto, tal vez coma ese trozo de pastel en un cumpleaños por ser educado, por no desentonar, por no saber decir que no, y no pase nada. Y el resto de días sigas con una vida abstinente de paz y salud, pero tal vez no, tal vez sea el comienzo de una recaída y nadie sabe cuándo volverás a tu abstinencia ¡La persona que te ofreció el pastel tampoco dejara su vida para ayudarte a volver a alcanzar la paz!

Nadie lo sabe, es como el juego de la ruleta rusa; seis posibilidades y una sola bala. ¿Tiene sentido ponerse un revolver en la cabeza y disparar solo porque tengas 5 posibilidades de seguir viviendo y sola una de morir?  Para mí, NINGUNO.


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