Cinco helados conos de vainilla y chocolate, 6 bollicaos y una
bolsa de cacahuetes a la sal, ¡Ese fue mi almuerzo de ayer!
Otra vez cometo el error de no desayunar, tenía un viaje de
dos horas y medio en coche, era la vuelta del fin de semana, la vuelta a la
rutina laboral, dejar a mi pareja a 250 kilómetros…
En casa lo tenía todo congelado y la verdad fui a lo fácil,
al súper a ver si veía algo para comer rápido, aunque esa era la excusa, ¡Esta
claro que se cómo entro en el supermercado pero nunca sé con qué alimentos voy
a salir!
¡No me sentí culpable! Sé que soy un adicto. Sé que comer es
fácil. Y sé que tengo que comer cada día varias veces. Pero siempre tengo la
sensación que lo podría haber evitado si por ejemplo en este caso hubiera desayunado,
aunque no estoy seguro al 100 por 100.
Explicado todo esto, comienza lo interesante.
En el trabajo estuve a punto de sacar de la maquina algún
dulce, pero los miraba y joder, ¡Son basura barata! Pensé yo. Y no compre nada.
Al salir del trabajo, me pase por el supermercado otra vez,
pero paso algo raro, diferente. Estuve a punto de llevarme uno o varios dulces,
pero desperté en el último minuto; lo mire y me dije: ¡Tienes que superar esta
mierda! ¡Tienes que hacerlo aquí, y ahora! O tendrás que hacerlo en otro
supermercado, en otro lugar, en otra despensa, en otro restaurante, pero este
tipo de comida siempre va a estar aquí, tentándote día a día, cada vez que lo
mires, con tan solo pensar en ella.
Así que solté todo menos los plátanos que me llevo al
trabajo para merendar y me fui a casa.
Hacía calor, me tome un cerveza y me acosté sin cenar,
porque para mí la cena es la última comida y por ello la que tengo más
probabilidades de atracones. Me cuesta mucho cerrar episodios en mi vida, las
despedidas, cortar con algo o alguien y hacer la última comida también,
sabiendo que no voy a comer nada en hasta el día siguiente.
Esta vez, se me encendió un piloto y pude dejar que el último
alimento del día lo comiera a las 14:00 de la tarde. Esta vez pude comprender en
un radio más grande que la comida compulsiva va estar siempre ahí, en ese
estante bien presentada, en ese plato de restaurante, o en un rinconcito del
mueble de la cocina, y que en algún momento, hay que ponerse en frente y decir,
¡Gracias, pero ya no te necesito, ahora deseo caminar sin ti!
Que soy yo mismo el que tiene que cambiar de respuesta, el viejo
Si por el nuevo NO. Porque la comida compulsiva siempre lanzará la misma
pregunta ¿Me comes? Siempre será la misma, a veces te la susurrara y otras te
la gritara, pero la pregunta será siempre la misma.
Me encanta la frase que dices:
ResponderEliminarGracias pero ya no te necesito,ahora deseo caminar sin ti.
Yo aparte de el deseo en mi frase pondría quiero y necesito.
Yo me diría:
ResponderEliminarGracias cariño te lo agradezco,pero ahora deseo,quiero,necesito y puedo caminar sin ti.
Digo cariño porque la tengo mucho cariño y es mejor hablarle con dulzura porque es la tapa de algo enfermo.
Agradezco mucho tu Compartir.
Consciencia plena.