martes, 6 de septiembre de 2016

Siempre la misma pregunta ¿Me comes?

Cinco helados conos de vainilla y chocolate, 6 bollicaos y una bolsa de cacahuetes a la sal, ¡Ese fue mi almuerzo de ayer!

Otra vez cometo el error de no desayunar, tenía un viaje de dos horas y medio en coche, era la vuelta del fin de semana, la vuelta a la rutina laboral, dejar a mi pareja a 250 kilómetros…

En casa lo tenía todo congelado y la verdad fui a lo fácil, al súper a ver si veía algo para comer rápido, aunque esa era la excusa, ¡Esta claro que se cómo entro en el supermercado pero nunca sé con qué alimentos voy a salir!

¡No me sentí culpable! Sé que soy un adicto. Sé que comer es fácil. Y sé que tengo que comer cada día varias veces. Pero siempre tengo la sensación que lo podría haber evitado si por ejemplo en este caso hubiera desayunado, aunque no estoy seguro al 100 por 100.

Explicado todo esto, comienza lo interesante.
En el trabajo estuve a punto de sacar de la maquina algún dulce, pero los miraba y joder, ¡Son basura barata! Pensé yo. Y no compre nada.

Al salir del trabajo, me pase por el supermercado otra vez, pero paso algo raro, diferente. Estuve a punto de llevarme uno o varios dulces, pero desperté en el último minuto; lo mire y me dije: ¡Tienes que superar esta mierda! ¡Tienes que hacerlo aquí, y ahora! O tendrás que hacerlo en otro supermercado, en otro lugar, en otra despensa, en otro restaurante, pero este tipo de comida siempre va a estar aquí, tentándote día a día, cada vez que lo mires, con tan solo pensar en ella.

Así que solté todo menos los plátanos que me llevo al trabajo para merendar y me fui a casa.
Hacía calor, me tome un cerveza y me acosté sin cenar, porque para mí la cena es la última comida y por ello la que tengo más probabilidades de atracones. Me cuesta mucho cerrar episodios en mi vida, las despedidas, cortar con algo o alguien y hacer la última comida también, sabiendo que no voy a comer nada en hasta el día siguiente.

Esta vez, se me encendió un piloto y pude dejar que el último alimento del día lo comiera a las 14:00 de la tarde. Esta vez pude comprender en un radio más grande que la comida compulsiva va estar siempre ahí, en ese estante bien presentada, en ese plato de restaurante, o en un rinconcito del mueble de la cocina, y que en algún momento, hay que ponerse en frente y decir, ¡Gracias, pero ya no te necesito, ahora deseo caminar sin ti!


Que soy yo mismo el que tiene que cambiar de respuesta, el viejo Si por el nuevo NO. Porque la comida compulsiva siempre lanzará la misma pregunta ¿Me comes? Siempre será la misma, a veces te la susurrara y otras te la gritara, pero la pregunta será siempre la misma. 


2 comentarios:

  1. Me encanta la frase que dices:

    Gracias pero ya no te necesito,ahora deseo caminar sin ti.

    Yo aparte de el deseo en mi frase pondría quiero y necesito.

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  2. Yo me diría:

    Gracias cariño te lo agradezco,pero ahora deseo,quiero,necesito y puedo caminar sin ti.

    Digo cariño porque la tengo mucho cariño y es mejor hablarle con dulzura porque es la tapa de algo enfermo.

    Agradezco mucho tu Compartir.

    Consciencia plena.

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