Ansioso por algún suceso que no ha pasado pero que esperaba
que pasara, por algún evento en mi vida que ha pasado pero no fue como yo
esperaba. Ansioso por no saber cómo afrontar las próximas horas de soledad, de
posibles discusiones u obligaciones que atender.
Aburrido porque no encuentro nada que hacer que “realmente”
me motive en ese momento. En realidad para mi es no saber afrontar “el vacío”,
la sensación inesperada de uno de esos “momento de vacuidad”.
¡No soporto esos momentos, instantes de ansiedad o vacuidad
en mi presente y como compulsivamente tantas horas haga falta hasta que
desaparezcan!
Como si todos los momentos debieran ser geniales. Como si todo
debiera estar pintando a color y no aceptara que el gris y el negro existen. Como si todos los días tuvieran que ser obligatoriamente
soleados, toda la gente buena, guapa, educada e interesante, el mundo justo;
una balsa de aceite de paz y tranquilidad.
Nadie queremos estar ansiosos o aburridos, pero entiendo que
es inevitable, y es obvio que la única solución no es echarse al alcohol,
meterse un pico de heroína o comer compulsivamente ¿Entonces cuál es la mejor solución?
Sencillamente, No lo sé.
Luego está la auto-destrucción, ese sentimiento de querer
explotar, morir, desaparecer del planeta. Quieres que el mundo te deje en paz.
Entonces comes y comes, engordas y te encierras a ti y tus alimentos compulsivos
en un cuarto y cierras con llave, tantas veces diarias como te permitan hacerlo.
Entonces no “solo” quieres evadirte de la ansiedad o del aburrimiento, quieres
auto-destruirte.
Piensas: Estoy cansado, no puedo más. Tengo demasiados
problemas tanto internos como externos como pocas energías y motivación para
afrontarlos.
Comes haciéndote daño, sin hambre, sin límites, quieres
comer tanto que la digestión sea tan enorme que caigas fulminado de sueño después
¡Es como pegarte una paliza a ti mismo!
Lo lógico e intuitivo seria, ser honesto con uno mismo,
tomar decisiones importantes y tajantes, evitar el inmovilismo y las escusas.
Tomarse unas vacaciones para coger energías y/o llenarse de valor y amor propio
y dejar ese trabajo que nos fastidia o esa pareja que ya no queremos o no nos
aporta nada de una vez por todas.