domingo, 24 de julio de 2016

Comer para evadirnos o para auto-destruirnos

Ansioso por algún suceso que no ha pasado pero que esperaba que pasara, por algún evento en mi vida que ha pasado pero no fue como yo esperaba. Ansioso por no saber cómo afrontar las próximas horas de soledad, de posibles discusiones u obligaciones que atender.

Aburrido porque no encuentro nada que hacer que “realmente” me motive en ese momento. En realidad para mi es no saber afrontar “el vacío”, la sensación inesperada de uno de esos “momento de vacuidad”.

¡No soporto esos momentos, instantes de ansiedad o vacuidad en mi presente y como compulsivamente tantas horas haga falta hasta que desaparezcan!

Como si todos los momentos debieran ser geniales. Como si todo debiera estar pintando a color y no aceptara que el gris y el negro existen.  Como si todos los días tuvieran que ser obligatoriamente soleados, toda la gente buena, guapa, educada e interesante, el mundo justo; una balsa de aceite de paz y tranquilidad.

Nadie queremos estar ansiosos o aburridos, pero entiendo que es inevitable, y es obvio que la única solución no es echarse al alcohol, meterse un pico de heroína o comer compulsivamente ¿Entonces cuál es la mejor solución? Sencillamente, No lo sé.

Luego está la auto-destrucción, ese sentimiento de querer explotar, morir, desaparecer del planeta. Quieres que el mundo te deje en paz. Entonces comes y comes, engordas y te encierras a ti y tus alimentos compulsivos en un cuarto y cierras con llave, tantas veces diarias como te permitan hacerlo. Entonces no “solo” quieres evadirte de la ansiedad o del aburrimiento, quieres auto-destruirte.
Piensas: Estoy cansado, no puedo más. Tengo demasiados problemas tanto internos como externos como pocas energías y motivación para afrontarlos.

Comes haciéndote daño, sin hambre, sin límites, quieres comer tanto que la digestión sea tan enorme que caigas fulminado de sueño después ¡Es como pegarte una paliza a ti mismo!

Lo lógico e intuitivo seria, ser honesto con uno mismo, tomar decisiones importantes y tajantes, evitar el inmovilismo y las escusas. Tomarse unas vacaciones para coger energías y/o llenarse de valor y amor propio y dejar ese trabajo que nos fastidia o esa pareja que ya no queremos o no nos aporta nada de una vez por todas.

Pero como no somos capaces de todo esto, nos llenamos de ansiedad, de depresión y de ganas de autodestruirnos ¡Realmente no queremos autodestruirnos a nosotros, sino a nuestra vida porque nos afixia!

1 comentario:

  1. Yo creo que esa es una de las claves de cualquier dependencia/compulsión/adicción, el evadirse de la realidad, la falta de tolerancia a la frustración (o, en palabras del programa: querer hacer mi voluntad y no la Suya). Aquí un artículo que leí hace poco sobre la disociación (tiene q ver con haber desarrollado de más una capacidad q tiene el cuerpo de "huir sin moverse del sitio" como respuesta al trauma, pero q alguna gente encuentra maneras de activar de distintas formas. Creo que todo el mundo tiene esa capacidad, pero un adicto ha encontrado la manera (son su sustancia o comportamiento adictivo) de dispararla cuando quiere, el problema es q el sistema nervioso se habitúa y cada vez se necesita más y más
    para conseguir el mismo efecto. http://traumatherapy.typepad.com/trauma_attachment_therapy/2009/04/is-addiction-a-form-of-dissociation.html

    ResponderEliminar